Es lamentable que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Dr Hugo López Gatell, recurra a la desinformación y la calumnia cuando sus argumentos técnicos son insostenibles.
Referencia de los comentarios del Dr. Gatell: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/lopez-gatell-arremete-contra-vapeadores-son-toxicos-y-nocivos-para-la-salud
El Dr López Gatell afirma en esta nota que es la industria tabacalera la que impone, mediante mercadotecnia y seudo ciencia, al uso de los “vapeadores” o cigarros electrónicos (productos no-combustibles de consumo de nicotina). Para desmentir esta aseveración basta mencionar que El Colegio Real de Médicos de Londres, cuerpo colegiado del más alto prestigio mundial, que agrupa a más de 30 mil médicos especialistas (que evidentemente no sigue dictados de la industria tabacalera), apoya al uso recreativo de dichos productos a fumadores que no logran (o no desean) dejar de fumar por otros medios, estimando que el daño por su uso a largo plazo difícilmente podrá exceder al 5% del daño de seguir fumando.
En su “arremetida” contra los “vapeadores”, el Dr López-Gatell omite mencionar que el uso recreativo de estos dispositivos es parte integral (y exitosa) de la política oficial contra el tabaquismo en países cuyo sector de salud es altamente funcional y avanzado, como el Reino Unido, Nueva Zelanda y Francia. Cabría preguntarle al subsecretario si el cree que los gobiernos de estos países se dejaron corromper por la “seudo ciencia” de las tabacaleras. De hecho, los gobiernos que prohíben a los dispositivos, como los de Tailandia e Indonesia, son regímenes autoritarios que con estas medidas protegen a sus industrias tabacaleras nacionales, las cuales son fuentes importantes de recaudación. La consecuencia de esta política es un altísimo porcentaje de fumadores en esos países.
Al oponerse a la regulación del cigarro electrónico en México, el Dr López-Gatell promueve una política desastrosa que deja desamparados y sujetos al mercado negro a más de un millón de usuarios, además de eliminar una fuente de recaudación que sería provechosa a las finanzas públicas de nuestro país en tiempos de recesión económica. Es lamentable su cerrazón y negativa al debate abierto y público, aceptando solo evaluaciones y opiniones en foros que apuntalan su agenda prohibicionista, alegando además (sin pruebas y en forma calumniosa) que quienes disentimos somos agentes de la industria tabacalera.
El prohibir y criminalizar a los “vapeadores” (como planea el Dr López Gatell) difícilmente revertirá el fracaso institucional histórico de la Secretaría de Salud en atender al tabaquismo en México (que se ha mantenido estable en los últimos 20 años). Al revés, esta medida dejará al fumador con aún menos opciones para dejar de fumar, lo cual contribuye a que sigan fumando y enfrenten una muy probable muerte prematura. Mientras tanto, en países que han regulado las nuevas tecnologías de consumo de nicotina el porcentaje de fumadores decrece en forma acelerada. Negar los hechos es altamente irresponsable.