Resumen

La evidencia mas reciente y de mayor calidad disponible en torno a los cigarros electrónicos ha sido obtenida, y se encuentra recabada, en la investigación primaria que hemos citado y analizado, en particular en los artículos de reseña extensa e informes de cuerpos colegiados como el del Royal College of Physicians y el de Public Health England. Sin embargo, también hay informes que comisionan los gobiernos (el US General Surgeon), sus agencias regulatorias (la Food and Drug Administration, FDA, en los EEUU) o los “organismos internacionales” como la Organización Mundial de la Salud OMS (y sus filiales regionales).

Estos estudios e informes también intentan recabar y evaluar la evidencia científica sobre el potencial de riesgo y la utilidad de los cigarros electrónicos y otros SEAN (Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina) en la implementación de políticas de salud pública. Sin embargo, es necesario remarcar que los estudios sobre los SEAN que comisionan gobiernos u organizaciones como la OMS y la FDA suelen estar fuertemente condicionados por consideraciones y coyunturas políticas (a nivel nacional o global). No obstante, es válido argumentar que la Agencia de Salud Pública de Inglaterra (Public Health England), e incluso el mismo Royal College of Physicians, también podrían ser instituciones politizadas, por lo que la evaluación de los informes de cuerpos colegiados de todas las instituciones, incluyendo los comisionados por la OMS y la FDA, debe ser hecha estrictamente en base a la solidez de sus contenidos técnicos.

En particular, el propósito de la OMS y otros organismos internacionales, es proporcionar el marco institucional para obtener consensos políticos sobre medidas regulatorias, lo cual se da una vez que cuerpos colegiados de expertos (incluyendo a los comisionados por estos organismos) ya han deliberado y adoptado un consenso sobre los aspectos científicos. Esta deliberación se da en instituciones propiamente científicas antes de que la OMS transforme el consenso científico en acuerdos políticos.

El mismo Convenio Marco para el Control de Tabaco (CMCT) es un ejemplo ilustrativo del retraso por parte de organismos políticos en asimilar resultados de la investigación de frontera y lograr consensos políticos sobre éstos. Dicho convenio fue creado e impulsado por la OMS en 2003, muchos años después de que la investigación propiamente científica llegara a un consenso sobre el daño a la salud por el consumo del tabaco. Dicha investigación tuvo lugar mucho antes de 2003 en los institutos de investigación sobre ciencias de la salud, en universidades y en agencias gubernamentales e instituciones de salud pública. Mucho antes de llegar a la OMS esta investigación fue recopilada y reseñada por cuerpos colegiados de corte mas académico (y menos limitado por la política) como el Royal College of Physicians, el cual ya desde 1962 (y con mas firmeza) en 1987 advertía sobre los riesgos sanitarios del tabaquismo.

Los cigarros electrónicos (y en general los SEAN, incluyendo los HnB fabricados por las tabacaleras) son productos relativamente novedosos (menos de 10 años de uso) que surgieron como tecnología “disruptiva”. Por lo tanto, es natural que instituciones políticas como la OMS y la FDA aún reaccionen con desconfianza y que tiendan a adoptar actitudes de extrema cautela e incluso rechazo a estos dispositivos (aunque la FDA ha flexibilizado en 2017 su postura con respecto a los SEAN).

También hay en la actitud de la OMS hacia los SEAN razones que son más políticas (e incluso ideológicas) que científicas. 

De hecho, los vaivenes políticos y la necesidad de atender la afectación de estas tecnologías disruptivas a las burocracias de salud púbica y a la industria farmacéutica, influyen en la postura de la OMS sobre los cigarros electrónicos y otros SEAN. Esta postura fue sumamente hostil en la Conferencia de las Partes en el CMCT (la COP6) en Moscú en 2014, sin embargo, en la última Conferencia COP7 en Nueva Delhi en 2016, la OMS decidió no adoptar una postura clara y definitiva sobre los SEAN sino hasta la siguiente reunión de las partes, con el propósito de permitir la acumulación de mas evidencia (ver informe de la COP7).

Informe de la OMS

En agosto de 2016 la OMS presentó un informe extenso que comisionó para la Conferencia de las Partes en el CMCT de noviembre en Nueva Delhi

“Sistemas electrónicos de administración de nicotina y sistemas similares sin nicotina”. Informe de la OMS. Agosto de 2016. Versión en Español.

Aunque este documento reconoce algunos resultados obtenidos en la investigación primaria, muestra graves problemas metodológicos y omisiones inaceptables. Por lo tanto, fue duramente criticado por expertos en tabaquismo y adicciones del Centro de Estudios sobre Tabaco y Alcohol del Reino Unido (UKCTAS):

J Britton, I Bogdanovica, A McNeill and J Bauld, “Commentary on WHO report on electronic nicotine delivery systems and electronic non-nicotine delivery systems”, 26 Oct 2016. UK Centre for Tobacco and Alcohol Addiction UKCTAS. Resumen en Español Documento Completo en Español

Ver comentarios extra.

Los expertos del UKCTAS señalan que el informe de la OMS ha hecho un estudio muy selectivo de las fuentes primarias de investigación. Pone énfasis excesivo en riesgos menores por concentraciones de toxinas en el vapor del cigarro electrónico (tanto el activo como el pasivo), omitiendo comparar estas concentraciones con las del humo del cigarro de tabaco. Asimismo, exagera los riesgos del consumo de nicotina, pone en duda su efectividad en el cese de fumar y menciona la existencia de efectos de “portón de entrada” hacia el tabaquismo (lo cual contribuye a la desinformación, ver discusión al respecto). Sin embargo, no cita ni menciona estudios demográficos y clínicos que han mostrado la eficacia del uso de cigarros electrónicos en el cese de fumar (ver evidencia), así como la falta de evidencia sobre efectos de “portón de entrada” (ver evidencia aquí y aquí). El documento del UKCTAS también critica la sugerencia del informe de la OMS de regular a los cigarros electrónicos en el mismo marco que los cigarros convencionales (ver discusión al respecto).

La siguiente tabla muestra los aspectos débiles del informe de la OMS (columna izquierda) y los comentarios de los investigadores del UKCTAS (columna derecha):

El informe de la OMS La crítica al informe de la OMS proporciona información sobre
Posiciona a los SEAN como una amenaza, en lugar de como una oportunidad El beneficio a la salud pública de la sustitución del cigarro de tabaco por el SEAN
Proporciona una evaluación deficiente de los riesgos del uso de los SEAN. Examina la evidencia en forma selectiva Evaluación objetiva de los riesgos del uso de los SEAN en base a toda la evidencia científica disponible
Omite sistemáticamente hacer comparaciones relevantes con las exposiciones derivadas de la inhalación del humo del tabaco, u omite referirse a otros puntos de comparación útiles, tales como los límites de exposición ocupacional. La comparación detallada y precisa entre los riesgos de la inhalación del vapor de los SEAN y del humo de tabaco. Proporciona comparación con los límites de exposición ocupacional estándares.
Tergiversa los riesgos de la exposición del vapor de SEAN a terceros. No proporciona pruebas de que tales exposiciones supongan riesgos sustanciales para las personas del entorno. La afirmación de que el SEAN tiene el «potencial de causar efectos adversos para la salud» en las personas del entorno no refleja los datos científicos detrás de la fuente citadag Los estudios que muestran que la exposición del vapor de los SEAN no constituye un riesgo sanitario a las personas del entorno. Señala que simplemente listar los compuestos tóxicos y cancerígenos no es una prueba de toxicidad, ya que la cuestión importante es cuantificar la magnitud de la exposición a estos compuestos.
Descarta la evidencia de que los SEAN ayudan a los fumadores a dejar de fumar. No evalúa adecuadamente el papel que cumplen los SEAN en el abandono del consumo de tabaco, y repite sin cuestionar los varios errores metodológicos encontrados en la literatura. La totalidad de las pruebas, incluidos los ensayos controlados, los estudios observacionales, los cambios en el hábito de fumar en la población y el uso de los SEAN la experiencia de la terapia de sustitución de nicotina y la experiencia ampliamente comunicada de los usuarios. Fundamenta la confianza de que los SEAN ayudan a muchos fumadores a dejar de fumar sin tener efectos negativos como la renormalización del consumo de tabaco, la reducción de las tasas de abandono del tabaco o la creación de efectos de entrada a otras drogas
La evidencia citada por la OMS sobre la comercialización y publicidad de los SEAN ha sido erróneamente presentada, y no consigue argumentar ninguna negligencia sistemática de los vendedores de SEAN sobre la pretensión de ofrecer productos terapéuticos de cese de fumar y/o la promoción de productos de tabaco. El hecho de que la inmensa mayoría del marketing de los SEAN es la promoción veraz de una alternativa de bajo riesgo al tabaco. Por lo tanto, puede estar promoviendo cambios deseables en el comportamiento del tabaquismo. También puede llegar a personas que no se implican en los procesos convencionales de cese de fumar.
La sección sobre “características del producto” intenta demostrar la existencia de un problema con los sabores que atraen a los adolescentes. El documento de la OMS insinúa que ofrecer estos sabores es una estrategia de marketing deliberada de los fabricantes de los SEAN y/o la industria tabacalera. El hecho de que la variedad de sabores (incluyendo sabores dulces y frutales) forman parte integrante del atractivo de SEAN para los adultos como alternativa al consumo de tabaco. Las citas del documento de la OMS son selectivas y las conclusiones han sido mal interpretadas, y no apoyan que los sabores sean una estrategia deliberada para “enganchar” adolescentes al uso de SEAN y/o al tabaquismo. Varias citas reflejan simplemente opiniones o especulaciones, mientras que se han pasado por alto estudios relevantes. Estos estudios no demuestran que el interés entre los adolescentes por los sabores de los SEAN esté dando lugar al uso regular de SEAN en este grupo de edad.
Interpreta erróneamente el mercado de los SEAN, hace declaraciones engañosas y sin referencia sobre el papel de las compañías multinacionales de tabaco en el mercado, y no se fundamenta en la comprensión de cómo funcionan los mercados competitivos. El hecho de que el informe de la OMS no reconoce la amenaza de una tecnología disruptiva, como los SEAN, para a viabilidad comercial del negocio tradicional de cigarrillos. Irónicamente, los artículos publicados citados en el informe señalan en qué formas normativas como las favorecidas por la OMS realmente promueven el comercio de cigarrillos. La OMS debe ser consciente del peligro de que sus propuestas de política puedan suponer una doble ventaja para la industria tabacalera tradicional: en primer lugar, remediando la desorganización del mercado de cigarrillos por los SEAN, y, en segundo lugar, dando forma al mercado de los SEAN para adaptarlo al modelo de negocio de los SEAN más favorecido por la industria tabaquera.
Apoyo injustificado a la prohibición de los SEAN. En la discusión de las opciones de políticas, el párrafo de apertura de cada conjunto de políticas respalda implícitamente la prohibición de los SEAN. El argumento de que la prohibición es una opción reglamentaria entre otras muchas, que debería ser debatida por sus propios méritos, y no considerada una opción por defecto. Los méritos de la prohibición son extremadamente escasos, debido a la disponibilidad generalizada de cigarrillos en todas las jurisdicciones. La OMS no debe respaldar las prohibiciones ni explícita ni implícitamente. No es ético denegar a los fumadores opciones mucho más bajas de riesgo que los cigarrillos, y no hay apoyo científico para la prohibición de ENDS como una intervención de salud pública. La formulación de la OMS sugiere que una prohibición es algo hacia lo que deben avanzar las Partes y que no debe deshacerse una vez hecha. De hecho, es una política que debe ría ser revertida.
Afirma que “as Partes que no hayan prohibido la importación, venta y distribución de SEAN podrán considerar una series de opciones. Estas opciones son propuestas de política de regulación hechas con fundamento deficiente. Las numerosas políticas propuestas sin ninguna evidencia de apoyo en lo referente a su eficacia o rentabilidad. Cualquier propuesta de política debe estar sujeta a una justificación basada en pruebas, una evaluación de opciones y un análisis de las compensaciones o efectos distributivos, y una evaluación de su impacto. Las políticas deberán ser probadas para verificar su proporcionalidad y las posibles consecuencias no deseadas. La OMS no ha aplicado ninguna disciplina normativa a su menú de opciones
No hay evaluación alguna de las “consecuencias no deseadas” derivadas de las políticas propuestas en el documento de la OMS. El hecho de que casi todas las políticas de regulación enumeradas en el documento de la OMS (por ejemplo regular a los ENDS igual que al tabaco) podrían tener fácilmente el efecto de proteger el comercio tradicional de cigarrillos, promover el consumo de tabaco en lugar del uso de cigarrillos electrónicos, y llevar al incremento de enfermedades no transmisibles. Es muy probable que la adopción generalizada de la propuesta de política de la OMS “disminuya la reducción del daño” y, por lo tanto, incremente el daño
Falta de transparencia y calidad El que el informe de la OMS se ha publicado sin los cuatro documentos de apoyo sobre los que se supone que se basa. Estos documentos aún están siendo revisados en el marco de la revisión inter pares. Esta es una práctica científica deficiente y no proporciona una base fiable para el asesoramiento sobre políticas.

Informe del Cirujano General de los EUA 2017 (US General Surgeon 2017)

El Cirujano General de los EUA es el vocero principal en asuntos de salud del Gobierno Federal de los EUA, nominado por el presidente de los EUA pero sujeto a a aprobación por el Senado. El US GS emitió en diciembre de 2017 el siguiente reporte sobre el uso de cigarros electrónicos

United States Public Health Service Office of the Surgeon General. Smoking and health: report of the advisory committee to the surgeon general of the public health service”. Public Health Service Publication No. 1103. United States. Public Health Service. Office of the Surgeon General; Washington, DC. 1964. Disponible aquí (ver el Resumen Ejecutivo)

Este informe proporciona una versión alarmista, selectiva y distorsionada sobre los riesgos de la nicotina en el desarrollo cerebral en menores de edad y adultos jóvenes. También exagera los riesgos de las toxinas en el vapor y resalta en efecto “portón de entrada”, ignorando estudios que refutan todos estas afirmaciones. Entre las conclusiones alarmistas o distorsionadas del Resumen Ejecutivo del informe US General Surgeon (página 4) resaltamos:

  • El uso del cigarro electrónico en adolescentes y adultos jóvenes se ha tornado en una preocupación de la salud pública. En 2014 el uso de cigarros electrónicos entre adultos jóvenes de 14-24 años de edad sobrepasó al de adultos de más de 25 años de edad.
  • Los cigarros electrónicos son ahora el producto de tabaco de uso más común en la juventud, habiendo sobrepasado al uso de cigarros convencionales en 2014. El uso de cigarros electrónicos está fuertemente asociado al uso de otros productos de tabaco entre los jóvenes, incluyendo productos combustibles.
  • El uso de productos que contienen nicotina presenta un peligro a los jóvenes, mujeres embarazadas y sus fetos. El uso por los jóvenes de productos que contienen nicotina en cualquier forma, incluyendo los cigarros electrónicos, es nocivo.
  • El aerosol del cigarro electrónico no es inocuo. Puede contener constituyentes dañinos y potencialmente dañinos, incluyendo nicotina. La exposición a la nicotina durante la adolescencia puede causar adicción y puede dañar el desarrollo cerebral del adolescente.
  • Los cigarros electrónicos son comercializados promoviendo sabores y utilizando una amplia red de canales mediáticos y enfoques que fueron utilizados en el pasado para comercializar y publicitar el tabaco convencional a la juventud.
  • Es necesario emprender iniciativas, a nivel nacional, estatal, local, tribal y territorial, para atender el uso del cigarro electrónico por adolescentes y adultos jóvenes. Estas iniciativas podrían incluir el aplicar políticas de espacios libres de humo a los cigarros electrónicos, prevenir su acceso a los jóvenes, políticas de aumento de precios e impuestos, restringir su comercialización, regular aspectos de su promoción y comercialización que atrae a la juventud, así como iniciativas educacionales dirigidas a menores de edad y adultos jóvenes.

Dicho informe fue duramente criticado por expertos en tabaquismo, incluyendo el siguiente artículo:

R. Polosa et al, “A critique of the US Surgeon General’s conclusions regarding e-cigarette use among youth and young adults in the USA”. Harm Reduction Journal 14:61 (2017) [Fuente]

el cual señala que la evidencia disponible que podría ser causa de preocupación sobre efectos nocivos de la nicotina (por ejemplo en el desarrollo cerebral de los jóvenes) ha sido obtenida, ya sea de experimentos con animales o en nicotina suministrada por humo de tabaco, por lo que no se justifica atribuir estos posibles daños a nicotina suministrada por el aerosol del cigarro electrónico. A continuación proporcionamos el resumen de la crítica al Informe del Cirujano General de los EUA:

Metodología.

Re-análisis de los datos empíricos clave sobre la toxicidad de la nicotina y prevalencia de tabaquismo en la juventud citados por Informe del Cirujano General de los EUA como base de sus conclusiones.

Resultados



  1. Los sondeos nacionales representativos que abarcan muchos años indican que la mayoría del uso de cigarros electrónicos en la juventud es infrecuente o exploratorio, y casi inexistente entre jóvenes que no fuman.
  2. La mayoría de la pequeña proporción de jóvenes que usan cigarros electrónicos en forma habitual los consumen con líquidos sin nicotina.
  3. El descenso mas pronunciado del consumo de cigarros convencionales entre adolescentes en los EUA ha coincidido con el periodo en que aumenta su uso de cigarros electrónicos.
  4. La mayor parte de la evidencia presentada por el Cirujano General sobre el daño de la nicotina no es aplicable a los cigarros electrónicos, ya que dicha evidencia se basa casi exclusivamente en la exposición a la nicotina a través del humo del cigarro convencional y no en la nicotina presente en las emisiones del aerosol del cigarro electrónico. De hecho, la literatura revisada describe efectos en adultos, no en menores de edad, y además surge de observaciones en animales. Todo esto carece de relevancia para evaluar el uso de cigarros electrónicos por jóvenes en la vida real.
  5. El informe del Cirujano General de los EUA es una referencia excelente para documentar efectos nocivos de la exposición a la nicotina en combinación con las toxinas presentes en le humo del tabaco, pero fracasa en entender los riesgos de la nicotina cuando esta se presenta desacoplada de los compuestos del humo del tabaco.
  6. El informe exagera la toxicidad del propilén glicol (PG) y la glicerina vegetal (VG) al enfocarse en condiciones experimentales que no reflejan el uso real del cigarro electrónico. Proporciona una muy escasa discusión sobre la evidencia emergente que muestra que la sustitución del cigarro de tabaco por el electrónico puede reducir significativamente los riesgos para fumadores.

Conclusiones

La afirmación del Cirujano General de los EUA de que el uso del cigarro electrónico por adolescentes y adultos jóvenes es un problema emergente de salud pública, no está sustentada por la mejor evidencia disponible sobre los riesgos sanitarios de la nicotina y los sondeos de la prevalencia y frecuencia de uso del cigarro electrónico entre los jóvenes. De todas formas, el uso de cigarros electrónicos por los jóvenes debe ser constantemente vigilado para la detección temprana de cambios del patrón de uso. El próximo informe del Cirujano General de los EUA debiera considerar que habría menos probabilidad de que futuras generaciones de jóvenes estadounidenses comiencen a fumar cigarros de tabaco debido a (y no a pesar de) la disponibilidad de cigarros electrónicos.

Informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los EUA 2018 (US NASEM 2017)

En el mes de enero de 2018 las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los EUA (National Academy of Sciences Engineering and Medicine, NASEM) presentaron el siguiente informe

National Academies of Sciences Engineering Medicine NASEM. “Public Health Consequences of E-cigarettes. Consensus Study Report”. Resumen Versión completa pre-publicación

cuya elaboración se encargó a un comité formado por diversos miembros de la comunidad médica de los EEUU. Dicho informe fue comisionado directamente por la Food and Drug Administration, FDA, la agencia regulatoria del Gobierno Federal de los EUA (como lo asevera el siguiente texto, página S-2, Report Highlights):

“Con el apoyo del Centro para Productos de Tabaco de la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA), las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina  (NASEM) convocaron un comité de expertos para realizar una revisión crítica y objetiva de la evidencia científica sobre los cigarros electrónicos y la salud. El informe resultante, “Public Health Consequences of E-Cigarettes”, proporciona una visión general de la evidencia, recomienda formas de mejorar la investigación y resalta las brechas que son áreas de enfoque prioritarias para futuros trabajos.”

A continuación proporcionamos la traducción de extractos del resumen ejecutivo del informe. Posteriormente presentamos varias opiniones críticas de expertos en tabaquismo:

PUNTOS CLAVE:

Como parte de su trabajo, el comité realizó una revisión exhaustiva de la literatura científica sobre los cigarros electrónicos, incluidos sus componentes clave, los efectos sobre la salud humana, la iniciación y el cese del consumo de tabaco y la reducción de daños. El comité consideró la calidad de los estudios individuales y la totalidad de la evidencia para proporcionar 47 conclusiones estructuradas y consistentes sobre la solidez de la evidencia (categorizada como concluyente, sustancial, moderada, limitada, insuficiente y sin evidencia).

Constituyentes de los cigarros electrónicos

Los cigarros electrónicos contienen líquidos (llamados e-líquidos), que generalmente contienen nicotina, aromatizantes y humectantes (para retener la humedad).

Con respecto a la nicotina, la evidencia concluyente muestra que la exposición a la nicotina de los cigarros electrónicos es muy variable. Depende de las características de los productos, incluidos los del dispositivo y los líquidos, así como de la forma en que se opera el dispositivo. La evidencia sustancial también muestra que entre los usuarios adultos experimentados de cigarros electrónicos, la exposición a la nicotina puede ser comparable a la de los cigarrillos de tabaco combustibles.

La mayoría de los saborizantes utilizados en los cigarros electrónicos generalmente son considerados seguros por la FDA, aunque estas designaciones se relacionan con el consumo oral (saborizantes utilizados en los alimentos), y la mayoría no se han estudiado por seguridad cuando se inhalan con un cigarro electrónico.

Los humectantes principales son propilenglicol y glicerol (también conocido como glicerina vegetal). De manera similar a los saborizantes, generalmente se los considera seguros para la ingestión, pero se sabe menos acerca de sus efectos sobre la salud cuando se inhalan.

En general, el aerosol del cigarro electrónico contiene un número menor y niveles más bajos de sustancias tóxicas que el humo de los cigarrillos de tabaco combustibles. La exposición a la nicotina puede simular la que se encuentra con el uso de cigarrillos de tabaco combustible, pero es muy variable. La exposición a la nicotina y los tóxicos de la aerosolización de saborizantes y humectantes depende de las características del dispositivo y de cómo se usa éste.

Efectos en la salud de los cigarros electrónicos

Debido a que los cigarros electrónicos solo han estado en el mercado estadounidense durante un tiempo relativamente breve, primero importados en 2006, la mayoría han entrado al mercado mucho más recientemente, es difícil comparar científicamente sus efectos sobre la salud con los de los cigarrillos de tabaco combustibles, cuya los efectos sobre la salud no se apreciaron completamente hasta después de décadas de uso. Sin embargo, a diferencia de los efectos a largo plazo, la investigación sobre los efectos a corto plazo sobre la salud de los cigarros electrónicos ya está disponible.

El comité evaluó el estado actual del conocimiento sobre los resultados, incluida su responsabilidad respecto a la dependencia y abuso, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias, las enfermedades bucales, los efectos reproductivos y del desarrollo, y las lesiones e intoxicaciones.

En general, la evidencia revisada por el comité sugiere que los cigarros electrónicos no carecen de efectos biológicos en los humanos. Por ejemplo, el uso de cigarros electrónicos da como resultado la dependencia de los dispositivos, aunque aparentemente con menos riesgo y gravedad que los cigarrillos de tabaco combustibles. Sin embargo, las implicaciones para los efectos a largo plazo sobre la morbilidad y la mortalidad aún no están claros.

Cigarros electrónicos y la reducción de daños

Las regulaciones de la FDA requieren que los productos de tabaco introducidos en el mercado durante la última década muestren un beneficio neto de salud pública. Al considerar este efecto de salud pública, un producto debe presentar menos riesgos para los usuarios que los cigarrillos de tabaco combustibles. Además, si un producto causaba que más personas comenzaran a consumir tabaco de manera perjudicial, o si hacía que menos personas abandonaran el consumo de tabaco, un producto se mantendría fuera del mercado. Por lo tanto, aparte de los efectos de salud de los cigarros electrónicos, el campo de control del tabaco debe prestar mucha atención a los efectos de los cigarros electrónicos en el inicio y el abandono de los productos de tabaco combustibles.

Para los jóvenes y adultos jóvenes, existe evidencia sustancial de que el uso de cigarros electrónicos aumentan el riesgo de que alguna vez consuman cigarrillos de tabaco combustibles. Para los usuarios de cigarros electrónicos que alguna vez han usado cigarrillos de tabaco combustibles, existe evidencia moderada de que el uso de cigarros electrónicos aumenta la frecuencia e intensidad del posterior consumo de cigarrillos de tabaco combustible.

Existe evidencia insuficiente de ensayos controlados aleatorios sobre la efectividad de los cigarros electrónicos como ayuda para dejar de fumar en comparación con ningún tratamiento o con los tratamientos para dejar de fumar aprobados por la FDA. Si bien la evidencia general de los ensayos de observación es mixta, existe evidencia moderada de estudios observacionales de que el uso más frecuente de cigarros electrónicos se asocia con una mayor probabilidad de abandono.

En general, la evidencia sugiere que, si bien los cigarros electrónicos pueden hacer que los jóvenes que los utilizan pasen al uso de productos de tabaco combustibles, también pueden aumentar la cesación de cigarrillos de tabaco combustible por parte de los adultos.

La sustitución completa de los cigarrillos de tabaco combustibles por los cigarros electrónicos reduce de manera concluyente la exposición de una persona a muchos tóxicos y carcinógenos presentes en los cigarrillos de tabaco combustibles y puede reducir los resultados adversos de salud en varios sistemas de órganos. En toda una gama de estudios y resultados, los cigarros electrónicos parecen representar menos riesgo para un individuo que los cigarrillos de tabaco combustibles. [Énfasis original]

Para examinar los posibles efectos del uso del cigarro electrónico a nivel de la población, el comité utilizó el modelado dinámico de la población. Bajo el supuesto de que el uso de cigarros electrónicos aumenta la tasa de cesación neta de los cigarrillos de tabaco combustible combinados entre los adultos, la modelización proyecta que, a corto plazo, el uso de estos productos generará un beneficio neto para la salud pública, a pesar del mayor uso de productos de tabaco combustible de los jóvenes. Sin embargo, a largo plazo (por ejemplo, 50 años después), el beneficio de salud pública es sustancialmente menor e incluso negativo en algunos escenarios. Si los productos no aumentan el consumo de tabaco combustible en adultos, entonces con el rango de suposiciones que utilizó el comité, el modelo proyecta que habría un daño neto a la salud pública a corto y largo plazo.

Conclusión

Aunque los cigarros electrónicos no están exentos de riesgos, en comparación con los cigarrillos de tabaco combustibles, contienen menos tóxicos; puede administrar nicotina de manera similar; muestran significativamente menos actividad biológica en la mayoría, pero no en todos, los sistemas in vitro, animales y humanos; y podría ser útil como ayuda para dejar de fumar en fumadores que usan exclusivamente cigarros electrónicos. Sin embargo, es más probable que los jóvenes que comienzan con cigarros electrónicos pasen al consumo de cigarrillos combustibles y se conviertan en fumadores que corren el riesgo de sufrir las conocidas cargas de salud de los cigarrillos de tabaco combustible. El resultado neto de salud pública del uso de cigarros electrónicos depende del equilibrio entre las consecuencias positivas y negativas.

Se necesitan más y mejores investigaciones para ayudar a aclarar si los cigarros electrónicos probarán reducir el daño, o inducir daño, a nivel individual y de la población. Se prevé que el enfoque adoptado por el comité para evaluar los efectos de los cigarros electrónicos en la salud de este informe proporcione una plantilla generalizable para futuras evaluaciones de la evidencia.

Evaluaciones y críticas al informe

La publicación del reporte es muy reciente, por lo que aún no hay comentarios o evaluaciones críticas publicadas en revistas arbitradas. Sin embargo, ya hay evaluaciones y críticas emitidas por expertos en varios sitios de internet. A Continuación traducimos varios comentarios:

Crítica del Dr Carl V Philips(*)

(*) Investigador independiente y consultor.
Ex-director científico de CASAA
(Consumer Advocates for Smoke-free Alternatives Association).
Médico especialista en Epidemiología,
Además es economista.
PhD en Políticas Públicas, Harvard.

EL REPORTE SOBRE CIGARROS ELECTRÓNICOS DE LAS NASEM DE LOS EEUU : JUSTO LO QUE LA FDA ORDENÓ

Por Carl V. Phillips  Artículo publicado en el DailyVaper (*)

(*) El Dr Philips otorgó permiso de traducir este artículo, mas solicita que se mencione que no supervisó ni revisó la traducción.

El muy esperado informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los EEUU (NASEM) sobre el vapeo y los productos de vapor acaba de ser publicado. El informe, una revisión masiva solamente de artículos de revistas existentes que abordan varios aspectos del tema, adopta la mayoría de las conclusiones obvias. Sin embargo, está hábilmente sesgado para apoyar a la agenda de la FDA, y por lo tanto es tan contrario al vapeo como les fue posible sin hacer afirmaciones descaradamente absurdas.

La NASEM es una organización semi-gubernamental cuya actividad principal es supervisar los artículos de revisión sobre temas como este. El informe sobre los cigarros electrónicos fue ordenado por la FDA. Al igual que con cualquier informe oficial, es importante tener en cuenta que no hay nada especial en él, aparte de los recursos totales destinados al mismo. Es solo un muy largo artículo de reseña. Al igual que muchos otros artículos de reseña, contiene la evaluación subjetiva de un pequeño grupo de individuos que aportan sus propias limitaciones y sesgos al proceso. Además, la naturaleza oficial del informe crea un riesgo mayor al promedio de que la elección de los autores, y lo que éstos escriben, esté sesgado hacia los intereses del gobierno. Saben también los autores de estos informes que pueden dar a sus opiniones una influencia desproporcionada si pueden incluirlos en el informe “oficial”.

El informe ha sido promocionado en la prensa y en las redes sociales como un documento que descarta la noción de que el vapeo es casi tan dañino como fumar. Pero nadie familiarizado con el tema y capaz de comprender la evidencia existente, alguna vez creyó lo contrario. No hay contenido informativo en el reporte. La conclusión más precisa es que ahora será incómodo para los activistas anti-vapeo que buscaban alinearse con el gobierno de los EEUU, para continuar promoviendo la desinformación de que el vapeo podría ser tan dañino como fumar. Sin embargo, parece probable que muchos todavía continuarán haciéndolo.

El mensaje sobre el riesgo comparativo, aunque técnicamente preciso, sigue siendo engañoso. El informe evita inteligentemente incluso una estimación cuantitativa aproximada del riesgo del vapeo. En cambio, crea un sesgo de anclaje al comparar el riesgo con el del tabaquismo. Incluso describir el riesgo como “mucho menos dañino” que fumar sigue implicando, incorrectamente, que la mejor manera de estimar el riesgo es comenzar con el riesgo de fumar y reducirlo en cierta medida. En lugar de informar que la evidencia sugiere que el vapeo es aproximadamente inofensivo, especialmente en el contexto del tabaquismo, los autores informan que no están seguros sobre el nivel exacto de riesgo (algo que siempre es cierto) y pretenden que ello significa que ni siquiera puede hacerse una estimación. Además, el informe afirma que existen riesgos para la salud derivados del vapeo, a pesar de que la evidencia existente no sugiere ningún riesgo medible. En realidad, es bastante plausible que los efectos netos en la salud sean positivos.

El informe también declara que la nicotina en los productos de vapor es “adictiva“, pero sin ofrecer una definición de “adicción“. Bajo la única definición aparente del gobierno de los EEUU, que ha sido respaldada por Scott Gottlieb, el Comisionado de la FDA, la nicotina no es adictiva. Según esa definición, la adicción no sólo requiere dependencia, que se combina con la “adicción” en el nuevo informe, sino también una disrupción sustancial de la vida de la persona. La nicotina obviamente no causa tal afectación. De hecho, no existe un candidato de definición aceptada para “adicción” que se aplique al tabaquismo, y mucho menos estudios científicos que demuestren que también se aplica al vapeo. Si bien es posible acuñar una definición de “adicción” aplicable al vapeo, la falta de un intento de haberlo hecho en el informe hace del uso de esa palabra mera retórica inflamatoria.

El informe se aparta notablemente de la precisión al afirmar que existe un “efecto de portón de entrada“, que el vapeo hace que los menores y los adultos jóvenes comiencen a fumar. Como lo he explicado previamente, si bien es inevitable que el vapeo haya provocado que al menos un posible no fumador comience a fumar, no hay evidencia que sugiera que esto suceda en un grado sustancial. Los estudios existentes que supuestamente respaldan esa afirmación ignoran abiertamente la evidente variable del confounding (confusión de vías causales): el hecho de que las personas que están más inclinadas a vapear son más propensas a fumar, independientemente de si alguna vez vapearon, por lo que son incapaces de demostrar que existe alguna causalidad. Como era de esperar, algunos de los autores que fueron elegidos para escribir el informe son proponentes establecidos de esta alegación, y han producido artículos de ciencia “chatarra” en apoyo de ello.

La combinación de estos cuatro aspectos del informe hace que, presumiblemente por su diseño, sea una herramienta ideal para que la FDA la utilice en pos de sus objetivos políticos. El resumen del informe podría ser también un borrador del preámbulo de la próxima regulación de productos de vapor propuesta por la FDA. De hecho, pocas horas después de la publicación del informe, el Comisionado de la FDA y el Centro para Productos de Tabaco lo tuitearon alegremente, y la agencia envió por correo electrónico y publicó comunicados de prensa al respecto.

Es difícil imaginar una sincronía más perfecta.

El mensaje de que el vapeo es un sustituto de menor riesgo para fumar es necesario para dar credibilidad al informe, pero también es útil para el objetivo de la FDA de convertir el vapeo en nada más que un método para dejar de fumar. La implicación de que los riesgos aún son sustanciales y el temido espectro de la “adicción” le dan a la FDA toda la excusa que necesitan para controlar estrictamente los productos vaporizables y el vapeo, tratando de evitar su uso para otra cosa que no sea dejar de fumar. La insinuación adicional sobre los efectos del vapor de “segunda mano” sobre las personas contribuye aún más a esto. Lo más importante es que las afirmaciones sobre los efectos de “portón de entrada” son perfectas para racionalizar los intentos de reducir la calidad de los productos, en particular la prohibición de la mayoría de los sabores de los líquidos para vapear, en nombre de la “protección de los niños”. Sin lugar a dudas, hay otros obsequios para los abogados y formuladores de políticas de la FDA ocultos en las más de 600 páginas del informe que solo se conocerán cuando la FDA los utilice como armas.

Es importante entender este informe como lo que es: un documento de respaldo de políticas presentado como si fuera un análisis científico y una excusa para crear comunicados de prensa. Aporta poca o ninguna comprensión científica. Es posible que revisiones como esta abran nuevos caminos en la ciencia, pero parece que este informe no intenta hacerlo. Es extremadamente conservador, excepto cuando es simplemente incorrecto. Un ejemplo de esto es no intentar cuantificar el riesgo; si bien no existe un análisis publicado para su revisión, los autores podrían haber hecho el suyo. De manera similar, el informe incluye una sección sobre los efectos en el embarazo que concluye que no hay evidencia disponible. Pero esto simplemente no es verdad; es posible formar una opinión científica sobre los efectos de la nicotina (y por lo tanto, del vapeo) en el embarazo, a pesar de que hay poca evidencia sobre los vapeadores en específico.

El informe se parece mucho a un artículo de Wikipedia o un periodismo sin opinión, donde las reglas del juego son que cualquier alegación con aparente autoridad de otro lado puede repetirse, pero el análisis abierto del autor no está permitido. Supuestamente, esto mantiene el contenido como “objetivo”, pero en realidad solo permite a los autores presentar su caso (eligiendo qué repetir y qué ignorar) al tiempo que pretende que no están haciendo un caso, y así pretender que el texto resultante no fue un producto del análisis personal y sesgos de los autores.

 

Crítica del Dr Joel Nitzkin MD PhD (*)

(*)Investigador Principal (Senior Fellow)  del Programa de Reducción de Daños por Tabaquismo del Instituto R Street (una organización de estudios de política pública sin fines de lucro y no-partisana). Es médico de Salud Pública con especialidad en Medicina Preventiva, maestría en Salud Pública y doctorado en Administración Pública.

El informe e-cig de National Academies of Sciences se equivoca (Enlace)

El recientemente publicado Informe sobre el cigarro electrónico de las Las Academias Nacionales de Ciencias Ingeniería y Medicina de los EUA (NASEM) llega a la conclusión incorrecta de que el uso de cigarros electrónicos aumenta el riesgo de usar cigarrillos combustibles tradicionales. Los cigarrillos electrónicos alejan a muchos adolescentes del consumo de cigarrillos, pero conducen a muy pocos adolescentes que no fuman a fumar cigarros o al uso a largo plazo de cualquier otro producto de nicotina.

A pesar del vigoroso y bien intencionado proceso de las academias para asegurar la independencia y el estudio imparcial, fallaron en ambos aspectos. Sin embargo, la culpa no radica por completo en las academias mismas; la culpa es del liderazgo de Control del Tabaco de los Estados Unidos, tanto en el gobierno como en el mundo académico.

Estando desde hace mucho tiempo comprometidos con el objetivo de una “sociedad libre de tabaco”, el CDC, la FDA y los académicos que dependen de fondos federales para la investigación relacionada con el tabaco, han entendido como su misión el proteger al público de los daños causados ​​por los productos relacionados con el tabaco. El problema, en el caso de los cigarrillos electrónicos y los productos vaporizables, es su negativa colectiva a considerar la posibilidad de que dichos productos ofrezcan beneficios sustanciales de salud pública que probablemente no se puedan lograr por otros medios.

Todo esto se refleja en la diferencia entre los principales hallazgos del nuevo informe y los titulares de los periódicos que presentan los resultados. El informe respalda, correctamente, la premisa de que estos productos tienen un riesgo mucho menor que los cigarros, y ayudan a los fumadores a dejar de fumar, pero luego afirman, incorrectamente, que los cigarros electrónicos hacen transitar a los adolescentes al hábito de fumar. El titular escandaloso del New York Times “El vapeo puede ser adictivo y puede atraer a los adolescentes a fumar, concluye el panel de ciencia” es un reflejo del gran error que el panel cometió.

El argumento a favor de que los cigarros electrónicos propician que los adolescentes fumen se basa en un conjunto de nueve estudios de hechura similar, uno de los cuales fue escrito por un médico que habló en el panel sobre este tema. Todos estos estudios tenían el mismo conjunto de defectos metodológicos que garantizaban la misma conclusión incorrecta. Compararon a los adolescentes que habían experimentado con los cigarrillos electrónicos al inicio del estudio con adolescentes que no habían experimentado con ningún producto relacionado con el tabaco, luego regresaron entre 6 y 18 meses después, vieron que aquellos que habían experimentado con los cigarros electrónicos habían probado (al menos) un solo cigarro con más frecuencia que el grupo de comparación. Luego, erróneamente, identificaron “la experimentación con un cigarro” como “iniciación al tabaquismo“. Ninguno de los estudios continuó el seguimiento para ver si alguno de los adolescentes en cuestión había fumado siquiera un cigarro más. Y sorprendentemente, ninguno comparó estas tasas de frecuencias con los adolescentes que habían probado los cigarros al inicio del estudio, simplemente para estimar cuáles habrían sido estas tasas si los cigarros electrónicos no hubieran estado disponibles.

Sin embargo, estos estudios si muestran que los adolescentes inclinados a experimentar con un producto relacionado con el tabaco tienen más probabilidades de experimentar con otros, en comparación con los adolescentes que no están inclinados a tal experimentación. Pero estos estudios no proporcionan información sobre si los cigarros electrónicos hacen transitar a los adolescentes al tabaquismo.

Tristemente, pero quizá no sorprendentemente, la evidencia que demuestra que los cigarros electrónicos alejan del tabaquismo a fumadores actuales y potenciales entre los adolescentes fue ignorada por el panel de NASEM. La evidencia más sólida sobre esto proviene de todo el país, por ejemplo encuestas realizadas por el CDC, así como el Monitoreo de Encuestas Futuras patrocinado por la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental. Ambos sondeos mostraron reducciones dramáticas en la prevalencia del tabaquismo concurrente con la creciente popularidad de los cigarros electrónicos. Las encuestas de MTF también mostraron que la mayoría de la experimentación con cigarrillos electrónicos por parte de los adolescentes era con productos que no contenían nicotina. Además, casi toda la experimentación con cigarros electrónicos, y prácticamente todo el uso habitual, fueron realizados por adolescentes que ya eran fumadores.

El peso de la evidencia muestra claramente que los cigarros electrónicos y los productos vaporizables representan mucho menos riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaquismo que el fumar cigarros, además de que son mucho más efectivos para dejar de fumar a largo plazo que las opciones farmacéuticas, y que su mayor beneficio potencial es alejar del tabaquismo a los fumadores adolescentes y a aquellos que de otro modo se habrían convertido en fumadores.

Se necesita investigación adicional para ayudar a refinar nuestra comprensión de los beneficios y daños potenciales de los cigarrillos electrónicos, la mejor manera de regularlos y la mejor manera de incorporarlos a la programación actual de control del tabaco. Pero no se necesita investigación adicional para responder a las grandes preguntas, como por ejemplo: si los cigarros electrónicos deben promoverse como una alternativa a los cigarros convencionales, o si los cigarros electrónicos atraen a los adolescentes a fumar.

A pesar de la evidencia, este informe, así como el pasado Informe del Cirujano General, y los sitios web del CDC, la FDA, los Institutos Nacionales de Salud y otras autoridades de control del tabaco, todos difaman a los cigarros electrónicos y desalientan su uso.

Todo esto, a su vez, sugiere fuertemente que es la tradición -no la ciencia- dentro de la comunidad de control del tabaco la que impulsa su oposición a los cigarros electrónicos.

Comentario del Dr Michael Siegel (*)

(*) Profesor del Community Health Sciences,
Boston University School of Public Health

Nuevo informe sobre el vapeo muestra que a la fecha no hay evidencia de efectos sanitarios adversos (Entrevista en US News)

Un informe reciente publicado por la Academia Nacional de Ciencias confirma que, a pesar de la oposición de muchos grupos anti-tabaco y departamentos de salud estatales, el uso de estos productos es mucho más seguro que fumar y no se conocen efectos a largo plazo asociados con la salud por el vapeo.

Esto no significa, por supuesto, que el vapeo es 100% seguro. Simplemente significa que no sabemos cuáles pueden ser los efectos a largo plazo. Pero es importante destacar que a la fecha, no conocemos ningún efecto adverso a la salud (que se pudiera manifestar) a largo plazo.

El informe también concluye que el aerosol “de segunda mano” producido por el vapeo es menos dañino que el humo de tabaco ambiental, que el vapeo es menos adictivo que fumar, que pasar de fumar a vapear puede mejorar la función respiratoria y los síntomas en personas con asma o EPOC. y que pasar de fumar a vapear reduce los riesgos a la salud en todos los ámbitos.

El informe concluye que hay evidencia de que los cigarros electrónicos pueden causar algunos cambios fisiológicos adversos a corto plazo y que algunos líquidos pueden generar productos químicos peligrosos, pero depende en gran medida de las condiciones de funcionamiento del dispositivo.

Finalmente, el informe concluye que la experimentación con los cigarros electrónicos es un factor de riesgo para la experimentación con cigarros de tabaco y el subsecuente consumo de tabaco.

Hay varias implicaciones muy importantes de las conclusiones del informe. En primer lugar, estas conclusiones significan que todos los grupos anti-tabaco y departamentos de salud estatales que han estado diciendo al público que vapear es tan malo (o peor) que fumar, que es tan adictivo como fumar, que está asociado con un un mayor riesgo de cáncer, enfermedad cardíaca o enfermedad pulmonar, o que no hay evidencia de que el vapeo pueda ayudar a los fumadores a dejar de fumar han estado diseminando desinformación.

El informe indica que no hay evidencia que respalde la conclusión de que el vapeo aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, enfermedad pulmonar o cáncer, a pesar de los muchos grupos anti-tabaco y los departamentos de salud estatales (e incluso los investigadores) que han hecho tales afirmaciones. El informe concluye que no hay evidencia de que el vapeo esté asociado con enfermedad cardíaca, enfermedad pulmonar o cáncer. Los grupos que han estado diciéndole al público sobre todo tipo de riesgos asociados con el vapeo, como el “cáncer de las palomitas de maíz” y un mayor riesgo de cáncer, han estado haciendo afirmaciones sin respaldo alguno.

En segundo lugar, las conclusiones generales del informe significan que la Food and Drug Administration (FDA) ha hecho un deficiente servicio a la protección de la salud pública, al implementar un requisito de aprobación previa a la comercialización de cigarrillos electrónicos, en vez de simplemente promulgar estándares de seguridad para estos productos.

Las conclusiones del informe respaldan fuertemente la legislación que está considerando el Congreso que eliminaría la prohibición de facto de la FDA para la mayoría de los cigarrillos electrónicos (es decir, las costosas y pesadas aplicaciones de pre-mercado) y obligaría a la agencia a promulgar normas de seguridad para todos los productos de vapeo.

En resumidas cuentas, es posible fabricar cigarrillos electrónicos que presentan poco riesgo para la salud, pero debido a que la FDA se ha demorado y ha elegido adoptar un enfoque prohibicionista en lugar de hacer su trabajo real, continúan existiendo productos en el mercado que exponen a los usuarios a riesgos potenciales innecesarios, incluidas explosiones de baterías y productos químicos no deseados producidos por el sobrecalentamiento del e-líquido.

A partir de pruebas exhaustivas de productos como Vuse, Mark Ten y blu e-cigarettes, sabemos que es posible fabricar cigarrillos electrónicos que controlan la temperatura lo suficientemente bien como para evitar los productos de la degradación térmica que resultan del sobrecalentamiento. También sabemos que es posible fabricar baterías seguras que no exploten. Pero en lugar de implementar dichos estándares, la FDA ha bloqueado a los fabricantes para que no hagan sus productos más seguros, ya que cualquier cambio en sus productos requeriría que retiren el producto del mercado hasta que se apruebe una solicitud, lo que podría llevar años.

Es ridículo que si una compañía sabe que sus baterías están explotando y causando lesiones graves, no pueda solucionar ese problema. Sus opciones son continuar comercializando productos defectuosos o cerrar. Por supuesto, esas compañías elegirán continuar comercializando las baterías inseguras.

Los grupos de control del tabaco y las agencias de salud pública que están realmente preocupadas por proteger la salud pública deberían respaldar el uso de productos de vapeo para fumadores adultos como una estrategia de reducción de daños, también deben canalizar sus preocupaciones sobre los riesgos de vapeo entre fumadores y no fumadores al exigir que el Congreso obligue a la FDA a tomar medidas inmediatas para rescindir su requisito de aplicación previa al mercado para productos de vapeo y, en su lugar, promulgar normas de control de calidad y seguridad para todos los cigarros electrónicos y productos de vapeo.

Comentarios del Dr Siegel en su blog con respecto al vapeo y los adolescentes:

A continuación traducimos los comentarios que aparecen bajo el encabezado “The Rest of the Story” en la entrada del 24 de enero de 2018 del blog del Dr Siegel (enlace)

Permítanme decir algunas palabras sobre esta conclusión del informe (de la NASEM)

  • 

“Existe evidencia sustancial de que el uso de cigarrillos electrónicos aumenta el riesgo de usar cigarrillos de tabaco combustibles entre los jóvenes y adultos jóvenes

Es cierto que los jóvenes que experimentan con cigarros electrónicos tienen más probabilidades de experimentar también con cigarros de tabaco y, por lo tanto, de convertirse en fumadores. Sería sorprendente si no fuera así, porque sabemos que los jóvenes que experimentan con un comportamiento riesgoso tienen más probabilidades de experimentar con otros comportamientos de riesgo. Pero esto no significa necesariamente que la experimentación con los cigarros electrónicos está causando que los jóvenes comiencen a fumar.

Por ejemplo, probablemente no haya muchos menores de edad que consuman heroína que nunca hayan tomado un sorbo de alcohol. Si se hiciera un estudio, se encontraría que el consumo de alcohol está asociado con el uso posterior de heroína. Pero esto no respalda la conclusión de que experimentar con el alcohol hace que los menores de edad se conviertan en adictos a la heroína. Simplemente refleja el hecho de que los chicos que toman grandes riesgos de salud tienen más probabilidades de haber tomado antes riesgos de salud más pequeños. Un joven no va a decidir rebelarse un día inyectándole heroína en las venas. El proceso de rebelión probablemente comenzaría con un comportamiento menos peligroso, como fumarse un cigarro y luego, y para la inmensa mayoría de los chicos ahí termina, pero una proporción muy pequeña de ellos terminarían por consumir drogas duras.

Así que la pregunta importante no es si los jóvenes que experimentan con cigarros electrónicos tienen más probabilidades de terminar fumando (¡por supuesto que sí!), Sino que los jóvenes que experimentan con cigarros electrónicos tienen más probabilidades de volverse adictos al vapeo y luego ser inducido a la adicción al tabaco, de modo que de no haberse vuelto adictos al vapeo, es poco probable que se hubieran convertido en fumadores. Hasta ahora, la evidencia sugiere que este no es el caso: se han identificado muy pocos jóvenes que comenzaron como no-fumadores, se convirtieron en vapeadores regulares y luego progresaron a fumar.