por Will Godfrey / 17 de junio de 2019
“¿Dónde más —se preguntó David Sweanor, el defensor de la reducción del daño ocasionado por el tabaquismo, permitimos un producto verdaderamente mortal pero intentamos restringir el acceso a otros que son más seguros?”.
Los delegados en el Foro Mundial sobre la Nicotina (GFN, por sus siglas en inglés), celebrado en Varsovia del 13 al 15 de junio, no se quedaron con dudas respecto a la escala de los desafíos a los que se enfrenta la estrategia de reducción del daños por el tabaquismo (THR, por sus siglas en inglés). A pesar del potencial de proporcionar nicotina más segura con el fin de salvar más vidas humanas que ninguna otra iniciativa para la reducción del daño, la hostilidad, las mentiras y las malas políticas —desde los impuestos punitivos pasando por restricciones excesivas hasta vetos directos— en contra de la THR son desalentadoras.
“La muerte de la verdad es algo muy real”, dijo Sweanor, presidente de la junta consultiva del Centro de Derecho, Política y Ética para la Salud de la Universidad de Ottawa. “No solo en los Estados Unidos, pero los ciertamente el efecto es mucho mayor en los Estados Unidos”.
“En Australia, tenemos leyes terribles para el suministro de nicotina”, dijo Fiona Patten, líder del Partido de la Razón de ese país. “La disminución del tabaquismo en nuestro país básicamente se está estancando. Cuando le pregunto al ministro de salud sobre la regulación de los vaporizadores, me dice que son «una puerta de entrada al tabaquismo para los niños», que «renormalizan el uso del tabaco»”.
Como lo han sabido desde hace mucho los que abogan por la reducción del daño, buena parte de la oposición se debe fundamentalmente a principios rígidos y dogmáticos sobre qué es y qué no es aceptable que hagan las demás personas. “Sabemos que no se trata de argumentos basados en hechos y evidencia”, dijo el profesor Gerry Stimson, director de la organización anfitriona del GFN, Knowledge Action Change* (Conocimiento Acción Cambio), y veterano en la respuesta para la reducción del daño ocasionado por el VIH y el sida. “Es algo mucho más profundo”.
“Por primera vez en 120 años, podríamos eliminar la muerte y las enfermedades que ocasionan las máquinas para manufacturar cigarros”.
El GFN fue un encuentro diverso de 600 delegados —personas directamente afectadas, defensores y activistas, científicos, médicos y trabajadores sociales, y representantes de la industria, quienes también asistieron a una convención de tecnología anexa— de 70 países de todos los continentes, excepto la Antártida. Muchos periodistas internacionales también acudieron al evento anual, el más grande hasta ahora, lo que habla del impulso del movimiento.
Al escalar una montaña, como lo señaló Sweanor, la cima podría parecer estar a kilómetros de distancia, pero a veces también tienes que voltearte para ver lo lejos que has llegado. El hecho de que millones de fumadores ya hayan pasado a usar vaporizadores o consumir formas del tabaco sin combustión —desde vaporizadores en el Reino Unido, por ejemplo, hasta snus in Escandinavia, o dispositivos de calentamiento sin combustión en Japón y Corea del Sur— debe celebrarse.
“Por primera vez en 120 años —nos recordó el profesor David Abrams del Colegio de Salud Pública Mundial de la Universidad de Nueva York— podríamos eliminar la muerte y las enfermedades que ocasionan las máquinas para manufactura de cigarros… y creo que lo lograremos”.
Sin embargo, mil millones de personas en el mundo todavía fuman y los obstáculos para brindarles opciones más seguras siguen siendo perniciosos y generalizados.
En casi todos lados, “Piensen en los niños” es el lema de los políticos y el establishment de la salud pública, como lo expresó Eveline Hondius de Acvoda, grupo de consumidores de vaporizadores de Países Bajos. Esta frase muy gastada y demagógica es harto conocida para todos los que han hecho campañas para la legalización de la cannabis, por ejemplo.
“Han usado el tema de los niños de forma completamente abusiva”, dijo Clive Bates, defensor de la estrategia de THR y exdirector de Action on Smoking and Health (ASH) (Acción sobre el Tabaquismo y la Salud). “En esencia, su intención es tratar los productos de reducción del daño exactamente igual que el tabaco combustible Y detesto decir que lo están logrando hacer bastante bien”.
“Es una batalla que estamos perdiendo… y de mala manera”, dijo el Dr. Saul Shiffman, investigador y asesor científico principal de Pinney Associates. “Nos están derrotando en los Estados Unidos”.
Joseph Magero de Kenia, presidente de la Campaign for Safer Alternatives (Campaña por Alternativas Más Seguras) de África, describió los problemas que enfrenta, como la exclusión de la comunidad de la salud pública y el control del tabaco, la falta de financiamiento y la falta de investigación localmente aplicable.
En África, dijo, “La Organización Mundial para la Salud y la ONG ‘Campaign for Tobacco-Free Kids’ [Campaña para Liberar a los Niños del Tabaco] [dos organizaciones que se han opuesto con fuerza a la THR] son quienes toman las decisiones de los asuntos de regulación de los productos no-combustibles”.
Estos desafíos son reflejados por los activistas defensores de la THR, desde México hasta India, que hablaron en el GFN; que son excluidos y marginalizados mientras 7 millones de personas siguen muriendo al año por causas relacionadas con el tabaquismo.
La ciencia contraataca
La causa de la THR es respaldada por el trabajo de muchos científicos, varios de los cuales hablaron en Varsovia.
“Ahora tenemos una evidencia enorme de que darles nicotina a los fumadores puede ayudarlos: más de 130 ensayos aleatorizados controlados”, dijo el profesor Peter Hajek de la Unidad de Investigación de la Dependencia al Tabaco del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva, que es parte de la Universidad Reina María de Londres. Su propio trabajo demostró este año que usar vaporizadores tiene casi el doble de efectividad que la terapia de reemplazo con nicotina tradicional, como los parches o la goma de mascar, al ayudar a los fumadores a abandonar el tabaquismo.
“Tenemos mucha literatura sobre el snus y se ha demostrado que el snus en general no es muy dañino”, agregó el Profesor Neal Benowitz de los departamentos de Medicina, Ciencias Biofarmacéuticas, Psiquiatría y Farmacia Clínica de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), a la vez que advertía la necesidad de realizar más investigaciones sobre los resultados a largo plazo de los productos de nicotina inhalados sin combustión.
Al mismo tiempo, “la ciencia chatarra está en aumento”, dijo el profesor Riccardo Polosa, de la Universidad de Catania, Italia, quien también dirige el Centro de Excelencia para la Aceleración de la Reducción de Daños. Criticó las fallas metodológicas generalizadas y la falta de rigor en los estudios que se implementan en contra de la THR y declaró: “Podemos hacer que la investigación sobre la reducción del daño ocasionado por el tabaquismo vuelva a ser creíble”.
Algunos investigadores de peso completo se alinearon para desacreditar la “chatarra” en la ciencia. El Dr. Konstantinos Farsalinos, investigador en el Centro Onassis de Cirugía Cardiaca en Grecia, entre otras instituciones, analizó cómo, en la “epidemia” del vapeo adolescente avivada por los medios de comunicación, el consumo diario entre los jóvenes que nunca han fumado se encuentra en un nivel decididamente no epidémico del 0.5 por ciento.
El Dr. Roberto Sussman, investigador y profesor de física en la Universidad Nacional Autónoma de México que también dirige la organización de consumidores Pro-Vapeo México, refutó las afirmaciones alarmistas sobre las partículas producidas por las emisiones ambientales del vapor y sugirió que si debemos tener un pánico moral por emisiones ambientales, podría ser más racional aplicarlo a emisiones por encender velas o usar aspiradoras.
Las personas, las personas, las personas
Sin embargo, a pesar de la importancia de la evidencia científica en la que se basa la THR, el activista Samrat Chowdhery, que dirige la Asociación de Vaperos de la India, señaló que con bastante frecuencia “la investigación tan solo valida lo que los consumidores ya saben que es verdad”.
Y como el Prof. Abrams declaró: “Se trata de las personas, las personas, las personas”.
En el GFN se escucharon muchas personas que llevan a cabo investigaciones innovadoras o que practican la reducción del daño ocasionado por el tabaquismo con los grupos marginados y de bajos ingresos que fuman en índices mucho más altos que la población general: las personas que se verán más perjudicadas si no logramos impulsar políticas.
“No es difícil acercarse a este grupo. Lo que pasa es que nosotros no nos estamos acercando”.
“La reducción del daño ocasionado por el tabaco es un problema de justicia social”, declaró el profesor Kevin McGirr, de la Escuela de Enfermería de la UCSF.
“Empoderen a las personas para liderar”, exhortó a Rebecca Ruwhiu-Collins de su trabajo holístico de THR en su comunidad maorí, que según ella ha sido “diezmada” por los daños ocasionados por fumar.
“El grupo más importante que hay que investigar son las mujeres embarazadas que fuman”, dijo la Dra. Marewa Glover, cuyo trabajo también se centra en las poblaciones indígenas.
“Las personas participan”, dijo la Dra. Sharon Cox del Centro para la Investigación de Comportamientos Adictivos de la Universidad de la Ribera Sur de Londres, que está realizando una investigación centrada en la THR para las personas sin hogar. “No es difícil acercarse a este grupo. Lo que pasa es que nosotros no nos estamos acercando”.
“Las personas con enfermedades mentales graves no viven lo suficiente para desarrollar cáncer”, dijo la Dra. Sarah Pratt, psicóloga clínica y profesora adjunta de psiquiatría en la Escuela de Medicina Geisel de la Universidad de Dartmouth. “Se mueren de un ataque al corazón y un derrame cerebral [relacionado con el tabaquismo]”.
También les recordó a los delegados: “Es genial escuchar a tanta gente inteligente aquí, pero lo que todos tenemos que hacer es escuchar a los consumidores, escuchar a los miembros de estas poblaciones vulnerables”.
El tiempo se agota para demasiadas vidas, por lo que hay una gran presión para que los defensores de la THR cumplan. Los consejos de Clive Bates sobre cómo hacer la defensa fueron: “Organícense” y crea redes; “No sean demasiado intelectuales, pero comuniquen las experiencias que han vivido” y “Sean incluyentes: no están compitiendo con personas que están del mismo lado que ustedes… aboguen por toda la categoría de productos no combustibles, en vez de resaltar las diferencias entre ellos”.
“El dinero habla”, subrayó Fiona Patten del Partido de la Razón. “Si pueden hablar sobre la economía de la salud de los nuevos sistemas de administración de nicotina… particularmente para los conservadores, esos son los mensajes que pueden funcionar”.
La necesidad de que la THR aprendiera de las estrategias ganadoras del movimiento de reducción de daños más general fue otro punto que muchos señalaron.
Cuando se trata de políticos y funcionarios que se niegan a reconocer el enorme potencial que tiene la THR para salvar vidas, David Sweanor sugirió: “Desafiarlos, ridiculizarlos, hacer que la gente se ría de ellos es lo que se necesita”.
El GFN 2019 fue una muestra poderosa de la escala, el impulso, los talentos y la diversidad en rápido crecimiento del movimiento para la reducción del daño ocasionado por el tabaco. Con muchos enemigos, la capacidad del movimiento para aprovechar efectivamente todas estas cosas es algo que Filter seguirá de cerca durante el próximo año.
* Knowledge Action Change ha financiado anteriormente The Influence Foundation, que administra a Filter, por medio de una beca.
Fotografía superior vía el Foro Mundial sobre la Nicotina