Clive Bates publicó en su blog The Counterfactual un ensayo (en inglés) que analiza en detalle los trucos usados por quienes publican artículos que presentan al vapor del cigarro electrónico como “tóxico”, o al vapeo como un hábito que propicia al tabaquismo en los jóvenes, o que inhibe el cese de fumar.  Esta seudo-ciencia está basada en pura sofistría,  el arte del sofisma: razonamientos falsos expresados en forma técnica como si fueran hechos apoyados por el método científico.  Como mostramos en este sitio web (ver resumen aquí, aquí, aquí y aquí), prácticamente la totalidad de los estudios que emiten conclusiones alarmistas sobre el vapeo adolecen de serios problemas metodológicos. El cigarro electrónico es una tecnología disruptiva que afecta a muchos intereses, no solo de las “industrias”, sino también de las burocracias médicas (incuyendo a la OMS).  Los estudios de seudo-ciencia que mienten sobre el vapeo son una de las reacciones de quienes representan a estos intereses afectados.