La FDA y el Cirujano General de los EEUU alegan que hay una “epidemia” de vapeo adolescente que pone en riesgo de convertir a toda una generación de jóvenes estadounidenses en adictos a la nicotina y al tabaquismo. Aunque la proporción de adolescentes que exploran el vapeo en los EEUU ha aumentado signficativamente y es legítimo atender a este fenómeno, los datos demográficos de 2018 que ha liberado la FDA sugieren que no hay tal “epidemia”.
Ofrecemos a continuación un breve resumen de nuestra respuesta a los argumentos de la FDA. En la parte inferior de la página proporcionamos un enlace a una fuente con más información incluyendo datos y estadísticas
Los puntos a considerar son:
(1) La FDA considera a todas las modalidades de vapeo como “uso de tabaco” y como prueba de “adicción”. Sin embargo, esta evaluación no se sostiene en base a los datos que ha liberado, los cuales no distinguen claramente que sustancias están presentes en los líquidos que vapean los adolescentes: ¿líquidos con nicotina? ¿con cannabis? ¿con otras sustancias? ¿solo saborizantes?
(2) Si hubiera una epidemia de vapeo y de adiccción la FDA debería mostrar un aumento significativo en la proporción de jóvenes que vapean a diario. No lo ha hecho. Los datos liberados solo muestran un aumento significativo de niveles de uso exploratorio (“haber vapeado al menos una vez en los últimos 30 días” y en “en 20 de los últimos 30 días”), los cuales no justifican la severidad de su alarma.
(3) Los datos liberados de 2018 no desglosan la relación entre quienes vapean y quienes fuman, como lo hacen los sondeos anteriores (hasta el 2017). Estos sondeos han mostrado que los que vapean y nunca han fumado lo hacen con muy poca frecuencia y predominantemente sin nicotina, la inmensa mayoría de quienes vapean frecuentemente ya fumaban antes de vapear. Mientras la FDA no muestre datos completos de 2018 su afirmación que el vapeo está reclutando adolescentes no-fumadores a la adicción y al tabaquismo carece de sustento.
(4) La proporción de fumadores entre adolescentes en los EEUU sigue descendiendo rápidamente conforme aumenta la proporción de vapeadores de todas las intensidades. Es difícil que este fenómeno sea consistente con la hipótesis de que el vapeo está reclutando a adolescentes no-fumadores al tabaquismo. Lo más posible es que junto al aumento observado del vapeo exploratorio hay una conversión a gran escala de fumadores adolescentes a vapeadores.
(5) Al menos una cuarta parte de los estudiantes de High School que han sido encuestados en los estudios que cita la FDA son en realidad adultos de 18 años de edad o más. Estos estudiantes están en pleno derecho a consumir nicotina legalmente.
(6) El comisionado de la FDA, Dr Scott Gottlieb, afirma que los adolescentes no deben fumar ni vapear. Esto es cierto, pero vapear es mucho menos riesgoso a la salud que fumar. Es preferible que los que tienen propensión a fumar (y que de todas maneras lo intentarán diga lo que diga el Dr Gottlieb) mejor acaben vapeando.
(7) La FDA y el Cirujano General de los EEUU alegan que el consumo de nicotina produce un daño al desarrollo cerebral de adolescentes. Este alegato surge exclusivamente de estudios llevados a cabo en ratas y ratones. No hay evidencia alguna de que esto suceda en adolescentes humanos. Decenas de millones de ex-fumadores consumieron nicotina cuando fumaron como adolescentes: ¿donde está la evidencia de un daño de desarrollo cerebral a escala demográfica?
(8) La FDA recomienda a los adolescentes solamente utilizar medicamentos que ha aprobado para dejar de fumar (reemplazo de nicotina, vereniclina y bupropión). Sin embargo, estos medicamentos no son inocuos, presentan efectos secundarios que pueden ser preocupantes en una minoría de usuarios. Dichos efectos pueden ser incluso más preocupantes que el consumo de nicotina sin humo a través del cigarro electrónico.
(9) Los adolescentes en los EEUU (y en todo el mundo) incurren en muchos comportamientos de riesgo mayor al vapeo con y sin nicotina: fumar cigarros de tabaco, consumo de mariguana, alcohol, meta anfetaminas, opioides, bullying, sexo sin protección. ¿Donde está la alarma de la FDA por estos comportamientos en adolescentes?
A continuación presentamos la traducción de un reporte extenso sobre la “epidemia” pregonada por la FDA. El reporte contiene enlaces a datos de censos y estadísticas que corroboran los puntos señalados anteriormente.