Nicotine Policy and Science   Fuente

El reporte revisa y actualiza los avances del conocimiento sobre los dispositivos, confirmando su seguridad relativa frente a los cigarros de tabaco. Sin embargo, también argumenta que el gobierno británico está perdiendo una gran oportunidad al no implementar su utilización mas intensa y consistente en los servicios de salud, así como en no hacer suficientes esfuerzos por concientizar a la población (fumadores y no fumadores) de la importancia de la sustitución del cigarro de tabaco por el electrónico.

Enlace para descarga del Informe: https://publications.parliament.uk/pa/cm201719/cmselect/cmsctech/505/505.pdf

El informe hizo una reseña de la evidencia disponible sobre los daños que causa el cigarro electrónico en comparación con los daños de fumar tabaco. También examinó ls políticas públicas en torno a los dispositivos en el Sistema Nacional de Salud (NHS), en unidades de atención a enfermos mentales y en prisiones.  El comité comisionado para elaborar el informe concluyó que el cigarro electrónico no debe ser tratado como el cigarro convencional.  A pesar de ser al menos 95% menos dañinos que el cigarro convencionalL los dispositivos son frecuentemente omitidos en las campañas de cese de fumar organizadas por el NHS. Para remediar esta carencia, es necesario relajar la regulación para permitir al NHS recetarlos a fumadores, así como permitir publicidad que anuncie sus beneficios.  Es necesario también reconsiderar su nivel de gravamen y los reglamentos que impiden su uso en muchos espacios públicos. Cerca de 2.9 millones de personas en el Reino Unido están actualmente utilizando los dispositivos, estimándose que unos 470 mil los están utilizando estrictamente para dejar de fumar, logrando este objetivo decenas de miles cada año.